Se trata de dos sensaciones que suelen ser
completamente opuestas: dolor
y placer, suelen asociarse con lo negativo y positivo, pero lo
cierto es que a nivel cerebral están más cerca de lo que crees.
El dolor puede provocar placer para
muchas personas y, no sólo desde el punto de vista sexual, sino que también
como terapia médica. Hoy, vamos a contarte como estas dos sensaciones tan diferentes
tienen mucho en común.
Relación entre dolor y placer
Científicamente, la línea que separa dolor y placer es muy pequeña. Ambas
sensaciones, primariamente físicas y que son muy intensas, activan el mismo circuito cerebral y liberan dopamina.
La dopamina, es un químico cerebral que de cierta manera recompensa al
cuerpo con una sensación
agradable, similar a la de las drogas. En el caso del placer, la dopamina
genera esa sensación de relajamiento y bienestar y, cuando hablamos de dolor,
llama a disminuir en algo ese sufrimiento.
El dolor en sí no es adictivo, pero sí la
sensación de liberarse de él. No por nada se produce adicción a medicamentos
opioides para el dolor.
Quienes sufren de
fuertes dolores crónicos, pueden utilizar actividades que causan un dolor menorcomo
forma de buscar alivio.
Un dolor que se siente
como recompensa, se interpreta como tal. Uno de los casos más comunes, está
entre quienes realizan deportes muy exigentes para el cuerpo y, se sobreponen
al dolor con el placer que provoca el triunfo o llegar a la meta.
El placer del dolor viene de la experiencia emocional que
provoca y no de la
física: un dolor poco o medianamente intenso, puede ser interpretado como una
señal de placer. El sentir que el dolor disminuye o que podemos tolerarnos,
genera bienestar y, un dolor que se puede manejar, puede convertirse en parte
del juego sexual.
Sadomasoquismo:
dolor y placer combinados en el sexo
El
sadomasoquismo, una de las parafilias sexuales más comunes,
está basada en la obtención de placer mediante el dolor, siempre controlado a
un nivel soportable pero sensorialmente plausible.
Quienes gustan de
participar en prácticas de
sadomasoquismo, tiene un umbral
de dolor mucho
más alto y, la idea de sentir un dolor que para ellos es leve y, el alivio de este
mediante la acción cerebral, provoca una reacción que se traduce como placer sexual.
Cuando el dolor, causado
por otra persona o auto infringido, siempre consentido, es considerado como
beneficioso, se redistribuye a las zonas especificas donde suele concentrarse
el placer.
No por nada muchos adictos, al
encontrarse sin su dosis, recurren a practicarse cortes en la piel para aliviar
su sufrimiento.
¿Qué
te parece la idea de que el
dolor puede causar placer? ¿Haz sentido algún placer en algo
que podría interpretarse como doloroso?
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