21/09/2013
Imagina que tus ojos
registran perfectamente lo que tienen delante, pero tu cerebro es incapaz de
prestar atención al lado izquierdo de tu campo visual. Los pacientes que sufren
este problema, llamado heminegligencia, se sientan a comer y dejan intacto el
lado izquierdo del plato, si dibujan un reloj solo pintan el lado derecho y si
se afeitan ante el espejo se dejan media barba sin afeitar.
Este el caso de Jorge
(nombre inventado para preservar su intimidad), un paciente que sufrió una
lesión en el hemisferio derecho de su cerebro hace solo unos meses, en diciembre
de 2012. Tiene 49 años y tiene dañado el lóbulo parietal derecho, una
lesión que le produce una negligencia en el campo visual y una ceguera hacia
todo lo que tiene a su izquierda. En exclusiva para Neurolab, aquí pueden ver una
de las muchas pruebas que se realizan a este tipo de pacientes para comprobar
la evolución del problema. En este caso se trata de copiar un dibujo, observen
lo que sucede:
Como ven, Jorge solo ha
copiado la parte derecha del dibujo hasta que su médico dibuja una línea a la
izquierda. A partir de ese momento, su atención varía y puede ver un poco más
allá en su campo visual. "Es un trastorno de atención más que de percepción",
explica sobre este tipo de casos el neuropsicólogo del Centro de Referencia
Estatal de Atención al Daño Cerebral (CEADAC) Álvaro Bilbao.
"Al cerebro le llega toda la información, pero solo capta lo que está en
la parte derecha de lo que está mirando, si le pongo el dibujo totalmente a la
derecha seguirá dibujando el campo derecho".
Pero, ¿por qué empieza a
ver lo que hay a la derecha cuando el doctor dibuja una línea? "Cuando
haces la línea", explica Bilbao, "presta atención a un área nueva y a
partir de ahí todo lo que hay a la derecha entra ahora en su campo de
atención". Jorge, por ejemplo, puede ver su brazo y puede decir que no es
suyo. Esto les pasa a muchos pacientes, que dejan de utilizar este brazo; si
tienen que abrir una botella la sujetan con las piernas, abren las puertas con
la mano derecha, etc.
Porque el problema
principal de estos pacientes no es que su cerebro pase olímpicamente de lo que
tienen a la izquierda, sino que ellos no son conscientes de su problema y
construyen todo tipo de explicaciones para justificar su ceguera lateral.
Jorge, por ejemplo, es taxista y está convencido de que puede conducir,
trabajar, jugar al fútbol o nadar en la piscina, a pesar de que no mueve ni el
brazo ni la pierna izquierdas. Este problema se conoce comoanosognosia y
es un síndrome muy característico de pacientes con lesión en hemisferio
derecho. "Si la heminegligencia fuera sólo no prestar atención al
hemicampo izquierdo", explica el doctor Bilbao, "cualquiera en su
sano juicio miraría un poco más a la izquierda para encontrar algo... Si a mí
se me cae una chincheta al suelo, por ejemplo, y no la veo al primer golpe de
vista, imagino que estará detrás de mí y me doy la vuelta. El paciente con
anosognosia no se lo imagina por mucho que se lo digamos o le entrenemos.
Simplemente no es consciente de que es heminegligente, y es muy difícil lograr
que sea consciente de ese hecho".
Una
situación típica es que se le señale al paciente su brazo izquierdo y que éste
diga que no es suyo, o que es de una tercera persona. En una prueba con otro
paciente con heminegligencia, recuerda el doctor Bilbao estaba acompañado de
una ayudante. Si ésta se ponía a la derecha, el paciente contaba tres personas
en la habitación, mientras que si la ayudante se movía unos centímetros, el
paciente contaba solo dos, aunque la tenía delante de los ojos.
¿Y la chica? - pregunta el doctor.
Pues no lo sé, estaba y ya no está.
¿Y eso?
No lo sé, porque estaba aquí hace un
momento. Pero por alguna razón ya no está.
Por eso la estrategia del tratamiento
consiste en intentar establecer rutinas para que hagan un barrido
visual e interioricen que tienen un problema de visión. "También
hay que intentar sentarle a la derecha de la televisión para que le quede en el
lado izquierdo", explica Bilbao, "y forzar que la atención tenga que
desplazarse más a la izquierda". Afortunadamente, en muchos pacientes el
problema dura unos meses después del ictus o el traumatismo cerebral y su
visión vuelve paulatinamente a la normalidad.
Fuente: Yahoo! España
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